MALLORCA | Un viaje cuesta arriba.


DÍA 1


Sergio - Oye tío, ¿se puede saber dónde gonorrea estás? Mi padre se está poniendo nervioso.
Padre S. - Mira puto pelamangos, tienes 2 minutos para bajar o juro por el día de la hispanidad que te mando de vuelta a tu país.

Acto seguido el padre colgó la llamada, miró a su hijo y le dijo :

Padre S. - Alguien tenía que poner en su sitio a ese panchito.
Sergio - Bien hecho padre.
Padre S. - Calla adoptado.

Al rato, Brandon bajó, se montó en el coche y se dispusieron a ir al aeropuerto.

Brandon : Perdón por el retraso, estaba...
Padre S. - No te preocupes, sabemos que naciste así pero, ¿Por qué llegas tarde?
Sergio - Padre no te metas con su discapacidad, está muy mal visto meterse con un discapacitado.
Brandon : Bueno... yo estaba terminando de hacer la maleta y...
Padre S. - Tuviste que hacerte amigo del chimpancé del circo, hay que joderse. En fin chavales, ¿Preparados para un nuevo viaje?
Sergio - ¡Síiiii!
Padre S. - A callar maldito hijo del vecino. Franco dame paciencia para aguantar esto.

Tras un corto viaje en coche, el padre se despidió de los chicos en el aeropuerto.

Padre S. - Bueno, sinceramente espero que ese avión explote.
Sergio - En el fondo sé que me quieres.
Brandon - Gracias por traernos señor, ha sido todo un detalle por su...
Padre S. - ¿Detalle? Los cojones, dame ahora mismo 40€ o te denuncio por inmigrante ilegal.
Sergio - Padre, basta, nos vamos.
Padre S. - Joder, mira la cara de simio que se le ha quedado al moreno, es broma hombre. En fin niños, que os vaya bien y recordad, arriba España.
Brandon - ¡ARRIBA!

Los muchachos entraron al aeropuerto, esperaron durante unas horas hasta poder embarcar, mientras fueron a desayunar al 100 montaditos.

Brandon - Búa macho, que locas aventuras nos esperan en esa isla.
Sergio - Mira tío, van a ser las peores vacaciones de nuestras vidas.
Brandon - Que negativo eres, ni que nos fuera a ir mal.
Camarera - Hola chicos, ¿qué desean?
Sergio - 2 Cafés y dos porras.
Brandon - Espere, no, que sean 2 tintos y 5 montaditos de patatas con queso y bacon.
Sergio - ¡No, espera!
Camarera - Perfecto, son 15,50€.
Sergio - Joder, ya me están robando mis propios compatriotas.
Camarera - Soy de Colombia. ¿Desean algo más?
Sergio - Sí, vuelve a tu país.

Tras un tiempo, los chicos embarcaron, se sentaron en sus asientos, el simio en la ventanilla, el condón roto en el centro y una señora de características rumanas en el asiento pegado al pasillo.

Sergio - ¿Qué cojones?
Brandon - ¿Qué pasa?
Sergio - Mi padre me ha puesto la toalla de España con el logo de VOX.
Brandon - Lo hace para que ligues tío, tu padre solo piensa en ti.

El avión despegó y nuestros muchachos estuvieron hablando sobre su viaje pasado hasta que una mujer les interrumpió.

Brandon - Ah... ese Luigi y su sonrisa pícara... 
Sergio - Y no nos olvidemos del negrata.
Pasajera Rumana - Hola, perdón, ¿tú podrías dejar que yo ponerme en tu asiento para hacer fotos?
Brandon - Eh... sí... claro, por qué no...
Pasajera Rumana - Gracias chica.
Brandon - ¿Qué cojones...?

Brandon intercambió su asiento con la señora rumana y la miró malamente ya que esta no hacia otra cosa mas que sacarse fotos durante casi 40 minutos del viaje.

Pasajera Rumana - Gracias pelaplatanos.
Brandon - ¿Pero se puede saber qué cojones pasa hoy? ¿Es el día mundial de Latinoamérica o qué?

Una vez llegaron al aeropuerto de Palma, los chicos fueron directos a un microbús que les llevaba a la sucursal de Ok-Rentacar, donde cogerían las llaves del coche y se irían a su casita de solteros.

Brandon - Oye Sergio, ¿crees que iremos solos en el bus?
Sergio - Espero que sí, no quiero toparme con ningún guiri.

Después de 5 minutos, el microbús se llenó de una familia de guiris, el padre estaba borracho no, lo siguiente, coma etílico total, y en un momento de cordura solo pudo decir "¡Larga vida al tercer reich!"
Después de 5 minutos en la carretera, llegaron a la sucursal, donde tuvieron que esperar casi una hora para hablar con un dependiente.

Sergio - ¡Hola buenas! Teníamos reservado un coche para hoy.
Dependiente - Claro, déjeme los datos.

Después de darle los datos, el dependiente cambió la cara.

Dependiente - Tienen que abonar 80€ por tener menos de 25 años.
Sergio - Claro, aquí tiene.
Dependiente - Y otros 125€ por el seguro.
Sergio - ¡Ah! es verdad, el seguro..., claro, ahora mismo.
Dependiente - Y otros 50€ por la gasolina.

Sergio miró a Brandon, con cara de "Tío, nos la han vuelto a liar". Después de abonar el dinero, los chicos salieron fuera de la sucursal.

Brandon - Adiós vacaciones. Todo se fue a la mierda en el momento que nos topamos con esa ucraniana.
Sergio - Joder, acabamos de hipotecar media casa para pagar ese puto coche.
Brandon - Espero que reventemos el coche por lo que nos han cobrado.
Sergio - Con calma mi hermano, vamos para la casita, seguro que nos anima el día.

Los chicos se subieron al coche y marcharon hacia la casa.
Una vez llegaron, ambos pusieron cara de "Joder, ni Bin Laden tenía un zulo tan feo".
Tocaron la puerta y la casera les abrió.

María - Hola chicos, soy la casera, me llamo María, pero vosotros podéis llamarme "piecito". 
Brandon - ¿Y por qué exactamente?
María - Me partí el pie el otro día, maldito zampabollos.
Brandon - No era suficiente con meterse con mi raza si no que ahora también con mi peso.
María - Bueno, cuando dejes de llorar, aquí tenéis las llaves de la habitación, por favor, os voy a pedir que nada de mariconadas en el tiempo que estéis aquí. Tenéis dentro una hoja con las normas de la casa.
Sergio - Perfecto, gracias señora.
María - A callar podemita.

Los chicos entraron en su habitación, que no era gran cosa, pero se podía dormir.
Los muchachos vieron rápidamente las normas de la casa.

1º No toques lo cojones a la casera.
2º No hables ni entables una conversación con la casera. 
3º No robes a la casera.
4º Solo hay 1 baño, no tires toallitas húmedas al retrete y no gastes mucha agua.
5º Nada de entrar a la cocina u otras habitaciones.
6º En el jardín hay ratas, respétalas.

Después de leer las normas, los chicos se dispusieron a ir a un restaurante de la zona para comer.

Brandon - Bueno macho, ahora que estamos pobres no nos podemos dejar tanto dinero en comida, así que algo baratillo y para casita.
Sergio - Mira tío, pienso pedir agua de comida y agua de bebida.
Brandon - Ese es mi facha, el ahorro es progreso.

Los chicos encontraron un restaurante vacío donde pudieron comer tranquilamente y ver el partido de futbol. 

Brandon - Este lugar no está mal, la camarera... me recuerda a mi ex.
Sergio - ¿Pero quieres olvidarla de una vez?
Brandon - ¡ÍBAMOS A FORMAR UNA FAMILIA!
Sergio - Una familia... ¡PERO EN EL ZOO MALDITO ORANGUTÁN!

Los chicos se pasaron gran parte de la tarde en el restaurante, hasta que decidieron irse a ver el centro de noche.

Sergio - Camarera, la cuenta.
Brandon - Creo que le voy a pedir el número...
Sergio - Tío, pero quieres parar de pensar en meter el churro por un momento en tu vida.
Brandon - El número del restaurante para volver...
Sergio - Ya claro, maldita bola de sebo.
Camarera - Son 55€ 

Brandon escupió al suelo un chorro de agua.
Sergio pudo notar que su billetera ya no pesaba.

Brandon - Joder, hoy es el día de roba a los tontos de la península o qué.

Los chavales salieron corriendo del restaurante y se fueron al centro con el coche.
Cuando llegaron, buscaron un sitio para aparcar y, sin darse cuenta entraron en una zona restringida donde una cámara sacó una foto del coche para posteriormente multar a los pobres gilipollas.
Los chicos se dieron cuenta y salieron lo más rápido que pudieron.

Brandon - Tío... Creo que nos van a multar.
Sergio - Tranquilo tío, nos han multado, había una cámara, tenemos que darnos a la fuga del país.
Brandon - Bueno, en ese caso... la llamaré para despedirme de ella.
Sergio - ¿¡Quieres admitir de una vez que ella nunca te amó!?
Brandon - De mi madre, maldito hijo de perra.

Los chicos dieron un paseo por el centro, algo asustados por la multa. 
Vieron la catedral, el ayuntamiento, la plaza... Finalmente regresaron al coche y fueron a casa.

Brandon - Bueno tío... ha sido un día de muchas emociones... no sé si podré con el resto de los días.
Sergio - Te quieres callar puto maricón, todo el día llorando.
Brandon - Tío, quiéreme un poquito.
Sergio - No tío, no. Ahora solo pienso en el trozo de hígado que tengo que vender para pagar la puta multa.

Los chicos se pusieron el pijama y se dieron cuenta de un pequeño error de cálculo, el aeropuerto estaba demasiado cerca de la casa y se podía escuchar perfectamente todos los aviones sobrevolar la casa.
Aquella noche los chicos en vez de contar ovejas para dormir contaron aviones.

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