TENERIFE │ Sin mirar atrás.


DÍA 5


Luigi - ¡LARGO DE MI HOTEL CHUSMA PENINSULAR!
Brandon - Pero si tenemos hasta la mañana del domingo mendrugo.
Sergio - Luigi no nos hagas esto, no nos dejes con el culo en la calle.
Luigi - Tenéis razón, tenéis hasta el domingo, perdonad mis señores. Vivo para servir.
Brandon - Pues ya estás tardando en hacernos unas fotocopias del vuelo.
Sergio - Arreando que es gerundio.
Luigi - Vivo para servir mis señores.

Sergio le dio una colleja en la calva a Luigi, como forma de pago mientras este sacaba los billetes de avión.

Luigi - Aquí tenéis mis señores, los billetes del vuelo.
Sergio - Gracias servidor. A todo esto necesitamos preguntarte una cosa.
Luigi - Dígamelon.
Brandon - Ayer subiendo hacia el Teide rayamos un poquito el coche.
Luigi - Vamos a ver qué habéis hecho, malparidos, gonorreas.

Luigi vio asombrado como habían dejado el coche. Puso las manos en los hombros de los chicos, miró al coche y dijo :

Luigi - Os vais a cagar y no es de miedo mis señores.
Sergio - Pero... Hemos cogido un seguro que cubre la chapa.
Luigi - Cuando Alonso Fernández de Lugo nos conquistó, nos follaron como las cucarachas a las hormigas. Eso es lo que os va a hacer Sixt a vosotros mis señores. Buena suerte.

Luigi se giró para volver dentro del hotel pero antes de que llegara a la puerta Brandon le dio un beso en la calva.
Luigi tiró a Brandon al suelo y, como BigMc recién salido de la cocina, se lo comió.

Sergio - Hoy será la última vez que te veamos Luigi, déjanos darte un abrazo al menos.
Luigi - Está bien, pero nada de tocar mi calva o prometo que os devuelvo a la península en una patera.
Brandon - Luigi, lloraré por no volver a verte sonreír.
Luigi - Tranquilos chicos, yo no pienso llorar nada, estoy perdiendo el tiempo, dadme vuestro sucio abrazo peninsular e idos.

Los muchachos dieron el último abrazo a Luigi. Entraron en el coche y vieron como le caía una lágrima.

Sergio - ¿Eso que veo es una lágrima?
Luigi - No mi señor, ha sido un pelo rebelde que se me ha metido en el ojo. Hasta siempre mis señores.
Brandon - En la habitación hemos dejado una carta. Ah y se me olvidó tirar de la cadena... Así que tienes un regalito y mucho que limpiar amigo mío.
Luigi - Vivo para servir mis señores.

Los chicos emprendieron su última aventura hacia el sur de la isla, iban a ver ballenas.
Durante el viaje, se les ocurrió la genial idea de llamar a Paola, la cual se sorprendió de volver a escuchar a los chicos.

Paola - ¡Qué pasa trapesio!
Brandon - ¿Cómo va todo?
Paola - Cómo va... ¿Qué?
Sergio - Desiste, ¿Qué tal todo?
Paola - Desis... ¿Qué? Espera, que lo busco en google.
Brandon - Bueno, te llamamos luego que te notamos muy ocupada.
Paola - Pero cabesa, no querías habl...

Y colgaron la llamada.
Por fin llegaron a uno de los puertos del sur, cerca de Los Cristianos.
Fueron preguntando por las oficinas para encontrar su barco. Dando vueltas como idiotas por fin encontraron su agencia y tuvieron que esperar hasta que fuera la hora de embarcar.
Mientras estaban sentados, observaron que todas las personas que iban a subirse con ellos eran guiris, incluso la mujer de la agencia era guiri.

Mujer - passenger Hípola and Guillén.
Sergio - ¡Nosotros!
Mujer - ¡Oh! Españolos, bienvenidas. Yo hablar poco y mala españolo.
Brandon - No problem mother fucker.
Mujer - What the...? mmmhm... Vosotras viajar con más people en boat. Aguantar ganas un poquita.
Sergio - Eh... Claro...

Llegó el momento de subirse al catamarán
Subieron todos los pasajeros y un cámara que grabaría todo el viaje.
Durante algo más de 25 minutos estuvieron bordeando la isla hasta alejarse lo suficiente para verla envuelta en el calima.
Poco a poco fueron mar a dentro hasta que pudieron ver un tiburón martillo.

Cámara - ¡sorry! ¡sorry! i need to film it.
Sergio - ¡Eh guiri! me has pisado.
Cámara - Sorry yo no hablar españolo.
Sergio - Te voy a meter la cámara por el hojaldre.
Cámara - ¡Sí! Yo cámara, i film it.
Brandon - Joder, está emocionado por ver un tiburón y nosotros como si nada, nos falta un poco de espíritu guiri.

Mientras el cámara grababa al pobre tiburón, el cual sólo estaba huyendo de el barco, a uno de los pasajeros se le voló el gorro, otros dos alucinando por ver el agua, al igual que los negros cuando ven la nieve por primera vez y nuestros pequeños isleños, grabando todo como buenos insulares.
Al cabo de un rato y después de haber atosigado al pobre tiburón, siguieron su marcha hasta encontrar una gran familia de ballenas. Todo el mundo estaba asombrado por ver a las ballenas, incluso nuestros chicos estaban sin habla, solo podían inmortalizar el momento.
El viaje en barco estaba finalizando.
Llegaron al puerto y se fueron en busca de un restaurante cerca de Los Cristianos.
Mientras buscaban un sitio para comer, los muchachos pensaban en la locura de viaje que habían tenido, en las muchas historias que contar en cuanto llegasen a la península, pero recordaron que no tenían amigos, sólo tenían a Luigi.
Encontraron un restaurante italiano, en donde comieron tranquilamente mientras veían pasar a la muchedumbre.

Sergio - Creo que estas vacaciones no se pueden superar.
Brandon - ¿Te has fijado que hay más negros que blancos?
Sergio - Tenerife, ¡QUÉ BONITO ERES!
Brandon - Sólo veo ladrones por doquier.

Terminaron de comer y se fueron directos a la playa a pasar sus últimas horas en Tenerife.
Durmieron un par de horas y después se fueron a comprar los últimos souvenirs.

Sergio - Mira a esta gente, tan feliz.
Brandon - Sigo viendo más negros que blancos.

Siguieron su camino por la calle principal, en donde había un montón de puestos de souvenirs.

Sergio - ¡Eh! Mira tío, un frasquito con una ballena.
Brandon - Será nuestro recuerdo de Tenerife.
Sergio - Esta ballena... me recuerda a alguien...

Terminaron sus compras, subieron al coche y fueron a visitar pueblos sueltos que habían cerca de Los Cristianos. En uno de esos pueblos encontraron un Dinosúper en el cual entraron para ver si podían comprar algo, pero de repente en uno de los pasillos del súper...



El padre apareció, miró a Brandon el cual miraba a la niña con cara de desprecio y les dijo a sus hijos :

Padre - Chicos... eh... dejadles pasar...
Brandon - Así me gusta, buenos chicos.

Los muchachos salieron del súper y se dispusieron a ir ya al aeropuerto, aunque antes tenían que dejar el coche.

Brandon - Oye... ¿has pensado qué órganos quieres que te quiten para pagar el coche?
Sergio - La verdad es que no... había pensado en uno de mis testículos, ya que me sobran dos.
Brandon - Espero que no se den cuenta.

Los miedicas llegaron al parking de Sixt, en donde dejaron el coche y tenían que esperar a que un trabajador llegara y mirase el estado del coche.

Trabajador - Hola chicos, ¡cuánto tiempo!
Brandon - Es cabrón que nos folló el dinero el primer día.
Sergio - Ahora si estamos jodidos.
Trabajador - Le echamos un vistazo rápido que mis ocho hijos adoptados me esperan para comer. Veamos, ¿le ha pasado algo al coche?
Brandon - Pues sí, un dromedario... eh... nos rozo la parte de atrás y bueno... el seguro cubre la chapa ¿Verdad?
Trabajador - ¡WoW! Por las barbas de Belcebú, ese puto dromedario ¿era de metal?
Sergio - Sí... de metal...
Trabajador - Bueno, no os preocupéis, podéis idos, que tengáis un buen viaje, putos peninsulares idiotas.
Brandon - ¿Qué acabas de decir?
Trabajador - Os pienso atormentar todo lo que os queda de vida enviándoos mensajes al correo para que alquiléis coches de Sixt.
Sergio - Perdón ¿Cómo dices?
Trabajador - Buen viaje chavaleeeeees. Os veo en el infierno.

Los chicos se fueron asustados al aeropuerto después de las palabras soeces del trabajador.
Una vez dentro se dieron cuenta de que el aeropuerto estaba totalmente vacío, sin ninguna persona así que hicieron lo mejor que sabían hacer, el GILIPOLLAS.
Pasaron las horas y por fin embarcaban.

Brandon - Es la última vez que vamos a tocar Tenerife, ¿unas últimas palabras?
Sergio - Luigi, volveremos a verte.
Brandon - Luigi no está aquí idiota. Yo creo que ni sabe cómo nos llamábamos.
Sergio - Ay... echaré de menos esa calva reluciente y su barriguita con cuatro rollitos de primavera.

Los chicos subieron al avión, se sentaron en sus respectivos asientos y mientras el avión despegaba, observaron por última vez la isla, la cual se perdía entre las nubes poco a poco...
Pasadas unas horas, llegaron a la península en donde les esperaban los padres de Sergio, los cuales no miraron a Brandon por ser NEGRO.

Padre - Hijo mío, me alegro tanto de verte.
Madre - Dios mío, estás vivo.
Brandon - Hey, ¿qué tal?
Padre - Conquistaste esa isla, ¿verdad hijo?
Sergio - Padre... yo... fui incapaz.
Padre - Solo tenías que hacer una cosa, lo más simple y no has podido hacerlo. Tú ya no eres mi hijo.
Sergio - Padre, yo te quiero.
Madre - Has decepcionado a tu casa, no eres digno de llevar tu apellido.
Brandon - Ni que esto fuera Juego de tro...
Madre - Calla bastardo.
Sergio - Yo... solo quiero volver con Luigi.

La madre le dio una bofetada a Sergio. Le sacó tres dientes y uno de leche.
Finalmente llevaron a los chicos hacia Tres Cantos, mientras veían el amanecer de Madrid.

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