TENERIFE │ De Tenerife al cielo.
DÍA 4
Aquella mañana los chamaquitos se levantaron con otra
mentalidad, ya eran 99,99% insulares, sólo les faltaba la prueba definitiva.
Escalar el Teide.
Sergio - ¡BUA! me siento como un hombre nuevo.
Brandon - Me siento menos negro.
Los chicos se vistieron y nada mas salir encontraron a Luigi
jugando al buscaminas.
Luigi - ¡Mis señores!
Brandon - ¡QUÉ LO QUÉ!
Brandon - ¡QUÉ LO QUÉ!
Sergio - Luigi, sácanos unas entradas para el teleférico.
Luigi - Vivo para servir, mis señores.
Luigi consiguió las entradas para los chicos y se las dio.
Los chicos cogieron las entradas, fueron hacia el coche y
empezaron su nueva aventura.
Una vez en el coche podían ver como Luigi le sacaba brillo a su
calva.
Los muchachos pusieron el GPS y emprendieron el camino.
Brandon - Loquete, conduces de puta madre.
Sergio - Mi profesora me enseñó a conducir en Colmenar Viejo. Me dijo que si aprendía a conducir allí, sabría conducir en cualquier parte del mundo.
Sergio - Mi profesora me enseñó a conducir en Colmenar Viejo. Me dijo que si aprendía a conducir allí, sabría conducir en cualquier parte del mundo.
Pasado un tiempo, el GPS guió a los chicos por un pueblecillo
cuesta arriba y en ese momento...
GPS - ¡Suba directo hacia su próximo suicidio!
Brandon - Oye Sergio, acabas de escuchar lo que acaba de decir el GP...
Brandon - Oye Sergio, acabas de escuchar lo que acaba de decir el GP...
En ese instante una furgoneta bajaba por la calle y Sergio tuvo que actuar
rápido y pegarse a un lado.
Al salir se encontraron con la sorpresa de que una rueda estaba encajada en un escalón.
Mientras se cagaban en la madre del conductor de la furgoneta, una señora salió de su casa.
Señora 1 - ¡PERO QUÉ COÑO!
Brandon - Déjame hablar con ella, se comunicarme con los isleños.
Señora 1 - ¿Qué está pasando aquí?
Brandon - Hola mamasita ¿Ereh de por acá sierto?
Señora 1 - Pero este idiota ¿Qué se cree?
Sergio - Perdónale, se cree insular.
Señora 1 - Uy uy uy ¡Qué mal! ¡Qué mal!
Mientras la señora le ponía mala cara a los chicos, otra salió de la casa de enfrente.
Señora 2 - ¡MIERDA! ¡MIERDA! Otro coche que hay que sacar. Ya es el 3º esta mañana. Si queréis os saco el coche. Ah espera que está debajo del escalón, entonces no, no, no, no.
Mientras la segunda señora casi se muere de pánico por tener que sacar otro coche, otro señor de la misma casa se asomó por la ventana.
Señor 1 - Cabesa ¿Qué pasa ahora?
Señora 2 - Los chicos se han quedado encajados en el escalón.
Brandon - Buscaremos una solución ¡TRANQUILOS! Soy bombero licenciado en Kenia. Sergio, intenta subir el coche un poco.
Sergio se subió al coche e intentó hacer lo que dijo Brandon pero el coche no tenía suficiente potencia como para subir tanta inclinación y acabó bajando un poco más hasta obstaculizar la puerta de la primera señora.
Señora 1 - ¡ME CAGO EN TUS MUERTOS! ¡QUÉ HE DEJADO LA SOPA EN EL FUEGO!
Sergio - Mierda, he rayado el puto coche. Estamos bien jodidos.
En ese momento los chicos se quedaron mirando a la mujer que lloraba por su sopa mientras pensaban que habían rayado el coche y que les iban a sacar medio riñón, parte del hígado y un pulmón a cada uno pero en ese momento un rayo de luz enviado por la sonrisa pícara de Luigi les trajo a un señor que tenía experiencia en sacar coches.
Señor 2 - ¡Cabesa! os lo saco en un momentico.
Sergio - ¡Por favor!
Brandon - ¡Te lo pagaremos en carne pero sácalo!
El señor sacó el coche y les enseñó a los chicos el camino que tenían que seguir.
Después de obedecerle y de haber rezado 5 Luigis nuestros, siguieron su camino hacia el Teide. Aunque fue un camino bastante, complicado ya que la carretera que subía era relativamente pequeña y no paraban de bajar autobuses y gente que adelantaba en curvas con visibilidad reducida, en otras palabras, la ciudad sin Ley.
Los chicos llegaron al teleférico, tuvieron que esperar un poco ya que había mucha gente que también quería subir.
Pasado un tiempo subieron y contemplaron las preciosas vistas que había en la cima.
Los chicos caminaron hasta un mirador donde vieron el mar de nubes que se extiende por la parte norte de la isla.
Una vez descansados y tras haber visto la cima, se dispusieron a volver a Puerto de la Cruz a descansar.
Cuando llegaron, fueron directos al hotel a dormir ya que los dos se habían propuesto volver a bajar a la discoteca esa noche.
Se despertaron y fueron a comprar souvenirs por la ciudad.
Mientras estaban comprando se encontraron a Óscar, el que parecía ser el jefe del TOP Manta.
Brandon - ¡Oye negro!
Óscar - ¡Eh! yo conozco tú.
Sergio - Estabas la otra noche con nosotros en la discoteca.
Óscar - Sí, bailar yo al puro estilo unga unga langa langa.
Brandon - y ¿Cuál es tu verdadero nombre?
Óscar - Nombre español ser Michael.
Sergio - Michael, nosotros vamos a ir un poco más tarde a una discoteca, ¿te pasarás a vernos?
Michael - Esta noche estar en discoteca de blancas pero poder ir a ver como movéis piernas.
Sergio - Es nuestra penúltima noche, espero que vengas a vernos.
Michael - Entonces ir yo a ver a chicos.
Brandon - Nos abriste los ojos.
Michael - Yo abrir ojos.
Los chicos se despidieron con un abrazo de Michael, estaban tan felices de haber conocido a su negro enviado de Dios, que ya era motivo suficiente como para prender el hotel aquella noche y levantar a Luigi de su sueño.
Los muchachos volvieron al hotel para vestirse y hacer una carta de despedida para Luigi.
Al terminar de escribir, cogieron las llaves de la habitación, unas esposas y una fusta por si las cosas se complicaban en la discoteca.
El mismo hombre que les propuso el segundo día entrar en la discoteca lo volvió a hacer.
Los chicos entraron, fueron al barman y le pidieron ron coca-cola para empezar. Cogieron las copas y empezaron a buscar entre la mucha gente que había alguna pareja de chicas para poder aplicar la sabiduría de Luigi y las prácticas de Michael.
En cuanto encontraron una pareja fueron a por ellas y justo cuando los llegaron ellas se fueron.
Justo en ese instante Brandon con su ojo de águila vio a 9 metros a una chica sola en la barra.
Brandon - Hola pequeña rosa entre hierbajos, ¿Bailas?
Mujer - Se divierten.
Brandon - Sí, parece que se lo pasan genial, ¿Eres su hermana?
Mujer - ¡No! Soy su madre.
Se le subieron los huevos a la garganta y solo podía seguir viendo a Sergio mientras bailaba con la chica.
Mujer - Os voy a dar el número de mi hija para que podáis hablarla otro día.
Brandon - Venga va pero... ¿Cómo se llama?
Mujer - Paola.
En ese momento volvió Sergio para pedir otra copa al barman.
Sergio - ¡bua tío estoy reventado! baila con ella.
Brandon - Vas a ver como baila de verdad un latino.
Paola - Ilumíname.
Brandon bailó con Paola, la cual bailaba mil veces mejor que Brandon y Sergio juntos.
Paola - Yo no sé bailar.
Brandon - Mentira, llevas a un latino en tus venas.
La noche pasaba y al final Paola, su madre y los muchachos salieron a la calle a hablar.
Madre - Joder chicos sois muy majos y muy educados, cuando queráis podéis venir a Málaga, ahí tenéis dos amigas.
Brandon - Y vosotras cuando queráis podéis venir a nuestro pisito de soltero en Madrid.
Paola - Pues a ver quién va primero a que lugar.
Brandon - Vamos a decidirlo con un piedra, papel o tijera.
Sergio dijo una vez que jugar a piedra, papel o tijera contra Brandon era victoria absoluta ya que este es más malo que ir al instituto un sábado y, justo como dijo Sergio, Brandon perdió.
Paola - JAJAJA, tendréis que venir vosotros primero.
Sergio - Bueno, lo intentamos...
Brandon - ¿Por qué siempre pierdo?
Paola - Bueno pues os veremos por ahí.
Sergio - Un Lannister siempre paga sus deudas.
Paola - ¿Qué un trapeshio?
Los chicos se despidieron de las malas hierbas y se fueron al hotel a descansar.
Sergio - Vinimos con hotel en Tenerife y acabamos con casa en Málaga.
Brandon - Hemos triunfado como la salchipapa.
Sergio - Eh... Sí, claro... Salchipapa.
Los chicos llegaron al hotel y por un momento casi lo prenden con Luigi dentro, pero desistieron ya que tenían que dormir porque al día siguiente tenían que irse en barco temprano para ver a las ballenas.
Entraron en la habitación y como pollitos recién convertidos en nuggets, se quedaron dormidos.